Emigración cualificada, un error estratégico
"Los bajos salarios, el coste de la vivienda y la elevada presión fiscal" son los factores señalados como justificación pelos jóvenes ingenieros para abandonar el país.
Como antiguo alumno del Instituto Superior Técnico (IST), formo parte del programa de tutoría que tiene por objeto asesorar y orientar a los estudiantes, tanto en el plano académico como en el de las opciones y los retos profesionales. Esta experiencia, que ha sido muy enriquecedora porque me ha permitido conocer y aprehender los principales retos a los que se enfrenta esta generación de futuros ingenieros, también me trae algunas preocupaciones.
De las muchas conversaciones que he mantenido con alumnos a lo largo de los años, hay una idea común y persistente, «top of mind» diría yo, que es la de ir a trabajar al extranjero. El tema ha cobrado tanta relevancia que me llevó a investigar sus motivaciones y su alcance. Y las respuestas que obtuve fueron unánimes: los bajos salarios, el coste de la vivienda y la elevada presión fiscal son los factores señalados como justificación del deseo de abandonar el país, porque dificultan enormemente el inicio de una vida autónoma e independiente, que es a lo que aspira cualquier joven adulto con metas y cualificaciones.
Cómo empujar cerebros al extranjero
En términos de ingresos salariales, Portugal está a la cola de Europa. Alrededor de un 45% por debajo de la media europea[1]. A excepción de Grecia, sólo los países del Este están a nuestro nivel.
El salario de los profesionales no cualificados ha aumentado un 3,2% en los últimos siete años[2] como consecuencia del aumento del salario mínimo, lo que contrasta con un crecimiento de sólo el 0,7% en el salario de los altos directivos. Sabiendo que la inflación siempre ha sido más alta, en la práctica los licenciados han visto caer sus salarios todos los años. Así pues, no sólo tenemos licenciados con salarios significativamente inferiores a la media europea, sino que además están en trayectoria descendente.
Si nos fijamos en la presión fiscal, la situación es igualmente dramática. Según los datos de la OCDE[3], somos uno de los países que más grava las rentas del trabajo. En este caso concreto, ya no estamos con los socios de salarios bajos, sino con los de salarios altos. Es decir, estamos en el peor escenario posible: salarios bajos, impuestos altos. Nos comportamos como un país pobre en lo que respecta a los salarios, y como un país rico en lo que respecta a los impuestos.
Teniendo en cuenta que los salarios más bajos están exentos de impuestos o tienen cotizaciones muy bajas, es fácil ver que esta carga recae fuertemente sobre los altos directivos. Otro tiro en la proa de los jóvenes licenciados.
Un fenómeno con implicaciones profundas y perjudiciales
Los resultados de estas políticas están a la vista. En 2021, el 48% de los portugueses que emigraron eran licenciados universitarios[4]. Casi la mitad de los que se fueron. En 2014, la cifra era sólo del 29%. La revista “Lider Magazine”[5] también señala que cada año perdemos el 37% de los nuevos licenciados en el extranjero. Esto plantea graves problemas a corto y medio plazo.
En lo inmediato, la misma revista calcula pérdidas de entre 2.300 y 4.700 millones en ingresos fiscales y cotizaciones a la seguridad social debidas a la emigración cualificada. Eso sin contar los efectos sobre la economía de consumo, típicamente apalancada por este grupo demográfico.
A medio y largo plazo, los problemas son aún más profundos. En términos de natalidad, si estos jóvenes vivieran en el país, bastaría para aumentar la tasa de natalidad al 8,6%, ya en línea con la media europea. En otras palabras, el problema no es sólo la baja fecundidad, sino también el hecho de que ya no nacen niños en Portugal.
Luego está la descapitalización de la población activa. Con un porcentaje tan elevado de emigración cualificada, es posible estimar que dentro de 20 años tendremos una mano de obra menos cualificada que la actual. Esto nos devuelve al paradigma de los años 80, de un país con mano de obra poco cualificada y barata. ¿Es este el futuro que queremos para Portugal?
Por supuesto, puedo entender las razones de los jóvenes licenciados para marcharse. Nos corresponde a nosotros cambiar las políticas y crear las condiciones para retenerlos. Y, por el bien de las generaciones futuras, invertir esta tendencia al empobrecimiento intelectual y económico del país.
Miguel Allen Lima
ARQUILED CEO
[1] Eurostat Data – https://ec.europa.eu/eurostat/web/products-eurostat-news/w/ddn-20221219-3
[2] Pordata Data
[3] OCDE Data – https://www.oecd.org/tax/tax-policy/taxing-wages-20725124.htm
[4] Pordata Data.
[5] “Lider Magazine” – https://lidermagazine.sapo.pt/todos-os-anos-20-mil-licenciados-deixam-o-pais-estas-solucoes-podem-manter-o-talento/