Pérdidas de agua: no hay mismo planeta B
El hombre es insaciable, pero los recursos hídricos no crecen ni pueden producirse. Gestionarlos bien y reducir las pérdidas de agua es un imperativo para la humanidad y el planeta, con ventajas 3 en 1. ¿Quieren un ejemplo? Tanzania.
El pasado mes de abril tuve la oportunidad de asistir a la conferencia WaterLoss 2024, organizada por la Asociación Internacional del Agua (IWA) en San Sebastián (España), que reunió a la mayor comunidad de expertos en gestión del agua con el único objetivo de debatir la cuestión de las pérdidas de agua.
Como ya he mencionado en artículos anteriores, Portugal pierde cada día alrededor de una piscina olímpica de agua potable fresca por municipio debido a fugas en el sistema de distribución. Podríamos decir que se trata de un problema localizado, restringido a nuestro país, pero como podemos ver en esta conferencia, la cuestión de la eficiencia hídrica es una preocupación global. Y en un planeta con recursos cada vez más escasos, urge encontrar soluciones. Pero vayamos a los hechos.
Utilizamos el agua a un ritmo insostenible
Consultar el mapa mundial del estrés hidrológico del World Resource Institute nos permite identificar las zonas donde existe una mayor presión sobre los recursos hídricos (ríos, lagos, acuíferos, etc.).
Haciendo zoom en Portugal, queda claro que una gran parte del país tiene un nivel extremo de estrés hidrológico (>80%), lo que significa que la demanda de agua es superior a la oferta disponible. En otras palabras, estamos consumiendo más agua de la que la naturaleza puede reponer, lo que demuestra la importancia (la urgencia, diría yo) de mejorar nuestra eficiencia en la gestión de este recurso fundamental, reduciendo el despilfarro.
El ahorro de agua consigue 3 ventajas en 1
Otro aspecto relevante debatido en la conferencia WaterLoss fue la “Iniciativa sobre Emisiones de Fugas” de la IWA. Este grupo de trabajo se centra exclusivamente en la relación entre las pérdidas de agua y las emisiones de CO2. Hace poco me ocupé de este vínculo umbilical entre derroche de agua y energía en el artículo «Ahorrar agua es una medida de eficiencia energética» y la creación por la IWA de un grupo de trabajo específico sobre este tema subraya su importancia. El objetivo prioritario es sensibilizar a la población en general y, sobre todo, a los responsables públicos de la gestión del agua a nivel central y local, de que evitar las pérdidas de agua también significa reducir las emisiones. Por estas razones, un proyecto de reducción de las pérdidas de agua es un 3 en 1: se ahorra agua, se ahorra energía y se reducen las emisiones de gases de efecto invernadero.
Afortunadamente, Portugal tiene una energía muy limpia porque ha invertido en fuentes renovables y ha acabado con la producción de carbón. Sin embargo, no ocurre lo mismo en muchas otras partes del mundo, donde la producción de energía sigue siendo muy contaminante y genera un alto nivel de emisiones.
Tanzania: de las palabras a los hechos
Ahorrar agua significa ahorrar energía, y Tanzania es uno de los «mejores casos»[1] más conocidos en este sentido: un proyecto para reducir las pérdidas de agua ha permitido reducir las emisiones en unas 26 megatoneladas de CO2 al año. Para que se haga una idea de la magnitud del ahorro energético conseguido, 26 MT de CO2 equivalen a retirar de la circulación 6 millones de coches, es decir, casi todos los que circulan en Portugal, como resultado de un «simple» proceso de reducción de las pérdidas de agua. Interesante, ¿verdad?
La humanidad tiende a consumir cada vez más recursos, pero los ríos y lagos son todo lo que tenemos. No podemos fabricarlos, y el calentamiento global nos plantea nuevos retos. Para ser útil, la máxima «No hay planeta B» tiene que ser un incentivo a la acción, más que un mero eslogan. Pero a veces es mejor leerla literalmente.
Miguel Allen Lima
ARQUILED CEO
[1] https://www.leigroup.org/_files/ugd/997569_5a77725ff65a45979c8c73b83d961bab.pdf