Se acerca el invierno
Miguel Allen Lima advierte desde ya: ¡"winter is coming"! ¿Qué está en juego? Para evitar otro "invierno de nuestro descontento", es urgente adoptar medidas estructurales de eficiencia energética.
«Winter is coming», la inmortalizada frase de la serie de televisión «Juego de Tronos[1] se utilizó para advertir de que se acercaban tiempos difíciles y que era necesario tomar medidas para evitar mayores penurias. Generó miles de memes y, tras el éxito de la serie, pasó de la pantalla a la vida real y se utilizó en todo el mundo.
Y encaja como un guante en el ámbito de la energía y la eficiencia energética: es importante llamar la atención de Europa: «Winter is coming». Parece una paradoja, ya que el verano empezó la semana pasada, pero conviene no olvidar cómo fue el invierno anterior, o por utilizar otra referencia cinematográfica, «Sé lo que hicisteis el último [invierno]» – sintomáticamente, un clásico del cine de terror.
Si hay algo que sabemos es que el invierno pasado sentimos el impacto de la dependencia del gas y el petróleo rusos, que, como consecuencia de la coyuntura elevaron los precios de la energía a niveles inasequibles. En aquel «invierno de nuestro descontento»[2] (otra referencia, esta vez literaria), en plena crisis energética, con los precios del gas a niveles estratosféricos, el tema de la energía se convirtió en una presencia constante en periódicos y televisión, y en un reto diario en la vida de personas y empresas.
La eficiencia energética como respuesta
Los europeos sentían en la piel los errores del pasado y era necesario aplicar medidas. La Unión Europea respondió estructuralmente a esta situación a través del programa REPowerEU, como una asignación de un billón de euros a 10 años, y ambiciosos objetivos de descarbonización, eficiencia energética y producción de energías renovables, o dicho de forma sencilla, menos consumo y más renovables, igual a menos necesidad de combustibles fósiles.
En el caso de Portugal, también se elaboró el Plan de Ahorro Energético 2022-2023 que, como escribimos en su momento, nos pareció una oportunidad perdida ya que incluía principalmente medidas de carácter coyuntural, poco efectivas o de alcance limitado, como la obligación de apagar las luces de los escaparates o cambiar la temperatura del aire acondicionado de los edificios.
Ahora que estamos en verano, ¿dónde están las medidas estructurales de ahorro energético? Aunque he buscado, no he encontrado pruebas de una aplicación sistematizada de medidas estructurales. Tampoco hay un indicador del progreso de las medidas de eficiencia energética adoptadas: el REPowerEU ha fijado un objetivo mínimo del 32,5% a este nivel para 2030, pero no está claro en qué punto nos encontramos respecto a ese objetivo.
Teniendo en cuenta que el alumbrado representa en torno al 15% del consumo total de electricidad y hasta el 50% de la factura energética de los ayuntamientos, sólo con un cambio total a la tecnología LED se cumpliría un tercio del objetivo de eficiencia energética, se reduciría la huella ecológica y se obtendría una iluminación de mayor calidad. Sin embargo, no sólo sigue habiendo muchas luminarias convencionales repartidas por nuestras calles, sino que el mercado se ha ralentizado, incluso cuando es posible financiar proyectos de transición a LED mediante el modelo de ahorro compartido que garantiza la reducción de la factura eléctrica y libera a los ayuntamientos de la inversión inicial.
Tenemos los medios financieros, una estrategia europea adecuada y objetivos bien definidos, pero vamos con retraso. Se trata, pues, de recordárselo: cuidado que llega el invierno.
Miguel Allen Lima
ARQUILED CEO
[1] Serie de televisión basada en la novela homónima de George R. R. Martin.
[2] «El invierno de nuestro descontento», novela de John Steinbeck.