Tecnologías urbanas para la sostenibilidad de las ciudades
Los municipios serán los actores privilegiados en la transición hacia una economía circular y la arquitectura Open Smart City de Arquiled puede ayudarlos a allanar el camino hacia un futuro más sostenible
Este artículo se publicó originalmente en la edición impresa de diciembre de 2020 de IntelCities.
Durante la Semana del Clima, que tuvo lugar del 21 al 27 de septiembre de 2020, en Nueva York, el reloj de la icónica instalación de arte urbano “Metronome” ubicada en Union Square, dejó de medir ciclos de 24 horas, para comenzar a mostrar la hora que le corresponde al planeta evitar que los efectos del calentamiento global sean irreversibles. Esta obra, realizada por los artistas Gan Golan y Andrew Boyd, muestra el tiempo en años, días, horas, minutos y segundos en el reloj digital de 25 dígitos, según los cálculos realizados por el “Mercator Research Institute on Global Commons and Climate Change” en Berlín, hasta llegar al punto de irreversibilidad.
Cuando celebramos la víspera de Año Nuevo de 2021, el Reloj Climático mostrará exactamente siete años y es irrelevante cuán preciso sea este reloj. En la escala de tiempo del universo, estamos al borde del abismo, pero, afortunadamente, en la escala de tiempo de los humanos, todavía es posible revertir la situación …, pero la acción es urgente.
Europa lidera este movimiento que tiene como objetivo revertir la situación actual, habiendo propuesto, a finales de 2019, a iniciativa de la Comisión Europea, un ambicioso programa – El Acuerdo Verde Europeo, que es parte integral de la estrategia de esta Comisión para implementar el Agenda 2030 y lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas. El Acuerdo Verde Europeo establece, a través de 50 medidas, un camino socialmente inclusivo que une de forma cooperativa a todos los Estados miembros, con el objetivo de transformar la economía de la UE y hacer de Europa la primera región en alcanzar la neutralidad de carbono en 2050.
En este contexto, la transformación de las ciudades es fundamental, ya que los asentamientos urbanos representan más del 70% de las emisiones de gases de efecto invernadero y también contribuyen con alrededor del 70% de los residuos.
El Acuerdo destaca el Plan de Acción para la Economía Circular, fundamental para una Europa hasta ahora sustentada por una economía eminentemente lineal, donde solo el 12% de los materiales utilizados o producidos provienen del reciclaje u otra reutilización. Pero esta media no refleja la gran asimetría entre los distintos Estados miembros, donde un estimulante 29,9% registrado en Holanda contrasta con un insignificante 1,6% en Irlanda. En este sentido, Portugal no es mejor, registrando solo un 1,8% de material reciclado o reutilizado en la producción o uso de materiales.
Para pasar de un modelo de economía lineal a un modelo circular es necesario, por un lado, que la industria, especialmente la manufactura, transforme sus propios procesos productivos, pero es igualmente urgente en una Europa donde cada ciudadano aporta de promedio media tonelada al año a residuos municipales, que los municipios implementen programas de incentivos y sistemas eficientes para la recolección y tratamiento de residuos domésticos. Para que se produzca esta transformación, no basta con segregar residuos, incrementar el número de depósitos o incrementar las flotas. Es necesario dar soporte a toda la cadena de valor, desde el productor (ciudadano) hasta el lugar de almacenamiento donde cada “unidad de residuos” iniciará un nuevo ciclo de vida, con un sistema de información impulsado por todos los actores (ciudadanos, contenedores, vehículos cobranza, servicios municipales, entre otros) del proceso.
Este tema fue abordado recientemente de manera ejemplar por ONUDI (Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial), en una ponencia titulada “Economía circular e Industria 4.0 para las ciudades del futuro”, donde presentó Sistemas inteligentes de alumbrado público, informática en la nube y los sistemas IoT (Internet de las Cosas) como pilares que permitirán a las ciudades obtener Quick Wins (avances rápidos) en el campo de su Transformación Digital y convergencia hacia un Modelo Sostenible.
En el ámbito del Acuerdo, se están desarrollando nuevas leyes y reglamentos que se aplican en todos los Estados miembros, lo que afectará directamente la forma en que los productos llegan al mercado y la información que traen consigo (pasaporte electrónico de productos). Estas medidas introducirán cambios sustanciales en los modelos de Contratación Pública, valorando a los fabricantes que adoptan modelos de producto como servicio y favoreciendo los productos de los fabricantes que no se eximen del destino del producto, después de la venta, y cuyos productos son que pueden repararse, reciclarse o incorporarse a nuevos productos, una vez finalizada su vida útil.
Los municipios serán así actores privilegiados en este cambio de paradigma, que, como ya hemos visto, no tiene mucho margen de maniobra para procrastinar.
En Arquiled, desde nuestros inicios, la eficiencia energética y la sostenibilidad han estado presentes en la definición de los procesos productivos y comerciales de la empresa. Es por eso que es natural que la arquitectura Open Smart City de Arquiled cumpla plenamente con los propósitos del Objetivo 11 – Ciudades y Comunidades Sostenibles de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, permitiendo que el sistema de alumbrado público de los municipios no solo cumpla con su función es mejorar la seguridad vial y ciudadana, pero ser un elemento activo en ella, que participa tanto en la recolección de información como en el transporte de datos entre múltiples sistemas, que ahora conformarán el sistema neuronal de ciudades y territorios.
Nos complace observar que varios municipios de Portugal ya han iniciado su camino de sostenibilidad, y no podemos dejar de mencionar el caso “Tomar – Human Smart City”, por su alcance, donde alumbrado público, sistema de calidad del agua, sistema de calidad de Air, Sistema de inundación, entre otros, participan en un Ecosistema de Información administrado de forma centralizada que pronto recibirá un nuevo “inquilino”: el sistema de Gestión de Residuos Municipales.
El camino aún es largo, pero varios municipios han ido demostrando que el futuro ya ha comenzado y todavía hay tiempo para detener el Reloj Climático.